lunes, 16 de abril de 2012

Crisis educativa


Reflexiones sobre el artículo
“Crisis educativa” de Sara Sefchovich


Los datos aportados en el artículo de “Crisis Educativa” de Sara Sefchovich aparecido en el periódico "El Universal" en febrero de 2007, con algunos cambios mínimos en las cifras, son conocidos desde hace ya algún tiempo. Sin duda, constituyen una base notable para una discusión seria acerca de la educación en México y sobre las tendencias que esta ha seguido, donde encontramos que el deterioro de los niveles educativos no se ha podido revertir a pesar de los cambios en las políticas públicas y a pesar también de la implementación de nuevos modelos de enseñanza aprendizaje que día a día se nos presentan como la panacea para la solución de nuestros viejos problemas.

Yo rescataría principalmente el cuestionamiento que hace la autora acerca de la calidad de la educación. La calidad debe ser “buena”,  pero como ella misma refiere, “… ¿buena para qué? ¿Para entrar al mercado, con los sistemas de trabajo, productividad y competitividad que éste impone? ¿Para acumular conocimientos? ¿Para formar espíritus críticos? ¿Para crear nuevas tecnologías y avances científicos? ¿Para fomentar una visión humanista?...”

Me parece que ésta debe ser la reflexión toral. Me atrevo a asegurar que una causa relevante del poco nivel académico de nuestros universitarios (aquí solo me referiré a este tipo de alumnos) es que en nuestras universidades los objetivos se han centrado en preparar profesionistas para entrar al mercado, con los sistemas de trabajo, productividad y competitividad que éste impone. La inserción del universitario en este mercado se ha convertido en una medida del éxito del programa educativo de una universidad. ¿Es esto suficiente? La pregunta cobra mayor relevancia si observamos que los sistemas de trabajo, productividad y competitividad de las empresas mexicanas presentan una tendencia negativa que parece irreversible. Solo basta con  observar los datos del índice anual de competitividad elaborados por el World Economic Forum donde nuestro país cada año retrocede lugares a niveles preocupantes en comparación de otros países latinoamericanos como Chile y Trinidad y Tobago que  están mejor calificados.

Es decir, nuestros egresados entrarán a laborar a organizaciones poco competitivas y seguramente cumplirán las tareas y objetivos para los que fueron contratados. ¿Pero cuantos de ellos son francamente competitivos e innovadores, globalmente hablando? ¿Cuántos de ellos tienen un capital intelectual que les permita romper paradigmas y establecer nuevas líneas y procesos de trabajo?¿Cuantos tienen el nivel de reflexión, de abstracción, de síntesis para establecer modelos innovadores? Esto solo se logra, entre otras cosas, con una educación centrada en formar universitarios con espíritu crítico, que se forma solo a partir del debate permanente y la discusión libre de las ideas. Solo a partir del espíritu crítico, eclosiona la creatividad y la consecuente innovación; solo el cuestionamiento permanente de lo que hacemos nos permite "to be in the World", (esto constituye un principio básico de las organizaciones inteligentes).

El espíritu crítico solo es posible con la orientación de las universidades hacia las tareas de investigación científica que nos permitan avanzar con solidez en un mundo donde el valor agregado más importante, de los bienes y servicios, se funda en el conocimiento y en la aplicación consecuente de tecnologías propias, Por ello, entre otras razones, la UNAM es la única considerada dentro de las 200 mejores universidades del mundo, por su fortaleza en la investigación científica (al igual que el IPN, la UAM, la Universidad Veracruzana, la Universidad de Nuevo león, la Universidad de Guadalajara, agregaría yo).

El espíritu crítico es también la base fundamental de una visión humanista. La discusión seria acerca de las relaciones entre la ciencia, la tecnología y la sociedad, permite desmitificar muchos de los planteamientos acerca de los derroteros de los avances científicos,  la aplicación de tecnologías y su impacto en el desarrollo social.

Me parece que todas las universidades deberían de abrir un debate permanente acerca de si los modelos educativos están contribuyendo a la formación del espíritu crítico. Si es así, entonces esperaríamos que en nuestro país las áreas de investigación científica y humanística se multipliquen y se consoliden como la base fundamental para la creación de nuevos conocimientos y la acumulación de capital intelectual que cuestione, con bases sólidas, nuestro quehacer cotidiano, y proponga nuevas opciones de desarrollo que, al final contribuyan a aumentar la competitividad de la nación y a distribuir con mayor equidad la riqueza.

Juventino Martínez Arce
Marzo  de 2007


1 comentario:

  1. ¡Mcuhas gracias por tu lectura y tus opiniones! Voy a ver el link que me dejaste y despues te envio mis comentarios.

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