INTRODUCCIÓN.
La “irrazonabilidad” de las Instituciones de Educación Superior, IES, no es la cualidad de no tener razón; es decir no es la “sin razón” de las universidades de los que vamos a hablar, sino todo lo contrario. Nosotros vamos a hablar de la razón trascendida por la fuerza de otras razones, Es decir, el ejercicio de la razón nos da la característica de ser seres racionales donde lo “irrazonable” es lo racional trascendido.
Lo racional permite la interpretación de lo real; permite hacer modelos de la realidad y posibilita elaborar los subsistemas y sistemas de la complejidad de lo real. Lo razonable del ser humano es la característica de hacer uso de la razón, pero la razón misma abre el panorama para otras razones. Ahí es donde radica la irrazonabilidad del ser humano. No es la contradicción de lo razonable sino otra vez, enfatizamos, es la razón transformada, la razón trascendida.
Se trata de debatir la “razón de la sin razón” de las universidades que sean quedado ancladas en situaciones anacrónicas y en anecdotarios simplistas que pulverizan a las IES.
Como el lector podrá darse cuenta de inmediato, los autores proponemos una discusión seria del quehacer universitario, con el cuestionamiento de los paradigmas actuales, en una actitud “subversiva” constructiva, irrazonable, en la línea del pensamiento de Handy (1990).
"George Bernard Shaw once observed that all progress depends on the unreasonable man. His argument was that the reasonable man adapts himself to the world, while the unreasonable persists in trying to adapt the world to himself. "
Por supuesto que la intención de romper con los modelos mentales vigentes conlleva riesgos, si se nos permite la expresión, “galileicos”. Trabajar en el borde, en los límites, ofende a quienes se encuentran en el estado de confort y provoca reacciones impensables. Laborar en el borde o en el “limbo” significa que no estamos contentos con lo hacemos en nuestras IES; si creemos que todo está bajo control nuestro y nos mantenemos alejados de las cosas nuevas (metodologías, teorías, modelos, enfoques, etc.) estamos cancelando el futuro y esto, quiere decir, que no estamos yendo suficientemente rápido como la realidad nos lo demanda.
Los catedráticos universitarios y los alumnos de las IES, deben ir permanentemente investigando y explorando los nuevos sucesos (físicos y sociales) para ir vinculándose al mundo real e ir insertándose cada vez mejor al medio ambiente (estado y sociedad).
Las universidades o Instituciones de Educación Superior, IES, atraviesan en México por una crisis estructural ocasionada por un sinnúmero de factores económicos, políticos, sociales y culturales. No es la intención de este libro bordar una reflexión histórica sobre el devenir universitario sino establecer, desde la experiencia docente y administrativa, una propuesta para transformar las IES, de centros burocráticos de gestión de los procesos enseñanza-aprendizaje en que están convertidas, a recintos provocadores, auspiciadores y propiciadores del pensamiento crítico y reflexivo, como condición del hombre irrazonable.
La crisis de las IES públicas ya tiene varios años, pero en la crisis hay universidades públicas que han demostrado fortalezas y han salido avante con programas innovadores. La perfección, como dijo N.Parkinson, solo se consigue en las empresas que está a punto de colapsar.
La propuesta parte de la experiencia de los autores, como catedráticos universitarios, como gerentes de empresas y de su formación en áreas de antropología social. Es decir, la propuesta trascendental de cambio partirá de áreas del conocimiento tan disímbolas como la Antropología, la Pedagogía, la Administración y la Ingeniería Industrial. Sin duda, no es nuevo que los principios de disciplinas correspondientes a áreas del conocimiento muy diferentes, puedan y hayan sido aplicadas de manera exitosa en otras disciplinas que, a primera vista, parecieran no tener ninguna relación entre ellas. Esta posibilidad de compartir conceptos fue enunciada bajo el concepto de isomorfismo por Berthalanfy en su obra “Teoría General de Sistemas” y por lo tanto pertenece al esquema conceptual de lo que conocemos como Pensamiento Sistémico.
En este contexto, los autores abrimos, entre otras cosas, una discusión acerca del significado de la calidad en las instituciones universitarias. El punto de partida es el sostener que la calidad en el ámbito académico no significa que hacer para mejorar sino, más bien, que dejar de hacer, optimizando las actividades de gestión y suprimiendo aquellas tareas que no agregan valor al proceso de enseñanza-aprendizaje universitario.
Pareciera, en primera instancia, que un acercamiento crítico a los modelos de gestión universitaria desde áreas tan diversas como las mencionadas, podría traer como resultado un collage de ideas poco relacionadas entre sí, sin embargo, la relación fue presentándose de manera inevitable, con la constatación de afinidades entre diversas líneas de pensamiento que convergen en la crítica hacia la parálisis institucional, la complacencia, la burocratización y el desprecio hacia el alumno como persona humana, única e irrepetible, y por lo tanto con distintas capacidades y habilidades emotivas y cognitivas.
Ahora sí es urgente la reflexión sobre la emergencia de la transformación de las IES, en el contexto de las experiencias académicas propias y de las tendencias observadas sobre la gestión actual de los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Por otra parte, este libro se ha escrito también a partir de la preocupación de los autores sobre la disminuida calidad de la educación en las IES que obliga a pensar en alternativas de administración, a replantear los modelos de gestión y a rediseñar los procesos básicos, es decir, a repensar la Universidad, a enfocarla hacia sus tareas esenciales como entes vertebrales para el desarrollo de los pueblos.
El énfasis en el pensamiento crítico, el alumno como persona humana, la búsqueda del hombre irrazonable como motor del desarrollo tecnológico y social y el adelgazamiento de los procesos, son los ejes que se eslabonan para la estructura de un modelo alternativo de gestión del trabajo dentro de las instituciones de educación superior.
Evidentemente, no asumimos la arrogancia de pensar que somos los primeros en establecer estos juicios, sino sólo constituimos una humilde secuela detrás de grandes pensadores que ya han aportado su pensamiento a la discusión de un tema con tanta relevancia como éste.
Juventino Martinez Arce/Adrián Abrego Rámirez
Noviembre de 2011
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